miércoles, 11 de junio de 2008

Coldplay vuelve a hacerlo



Y vuelven a hacerlo bien, como siempre. Esperando este disco con algo más de miedo del habitual, he de decir que estoy disfrutando como un cochino en una piscina de barro. Cuando algo te gusta mucho siempre esperas que no cambie, o si lo hace, que lo haga poco y bien. La promesa de Chris Martin de ofrecer un sonido diferente en este Viva la Vida me tenía con el esfinter apretado en posición de defensa, pero algo tiene esta gente que consigue relajármelo hasta extremos preocupantes. ¿Significa que han encontrado un nuevo rumbo en su carrera y realmente estamos ante un Coldplay 2.0? Rotundamente no, pero es una versión 1.5 que no defraudará a los seguidores de siempre y que seguro seguirá sonando mucho tiempo en las bibliotecas de los más casuals.

El LP abre con Life in Technicolor, una pieza instrumental relativamente corta que abre a la perfección lo que va a ser este trabajo. Un cuadro en el que se han lanzado sonidos como si fuera pintura, mezclándose a la perfección con el coro final y que te lleva de la mano hasta Cemeteries of London, de lo mejor del disco. Una canción genial, especialmente a partir del minuto 1:30 cuando la guitarra toma el mando de la canción, y se mete dentro de una manera que pocos grupos pueden hacer. Buena, muy buena esta canción. Lost! sigue la estela de anteriores éxitos y puede ser una de las más recordadas del disco, aunque me ha gustado más la versión en acústico que aparece como bonus al final del disco. A continuación tenemos 42, con un comienzo melancólico que da paso a partir del minuto 1:30 a una de las canciones más uplifting (perdón, no hay español para esto) que he escuchado en mucho tiempo.

El punto y aparte es necesario para hablar de Lovers in Japan/Reign of Love. Una de las mejores canciones de Coldplay sin duda. 7 minutos de tema claramente divididos en dos partes totalmente diferentes pero que se mezclan a la perfección con una base de piano que es de las mejores de Martin. La primera parte de la canción es capaz de subirle el ánimo a un calamar, mientras la segunda te lleva de repente a otro lugar completamente. No te lo enseña, te lleva dentro y sólo sabes que durante los tres minutos que dura quieres estar ahí dentro y en ninguna otra parte. Facilmente podrían haber sido dos canciones diferentes, pero no valdrían lo que valen en conjunto.

Bajamos de la nube para subirnos en Yes, donde encontramos una canción de lo más sólido del disco y en la que nos dejan ver "algo" de ese sonido nuevo que nos habían prometido, pero son acordes sueltos sin ser más que una anécdota dentro de una buena canción que gustará seguro. Viva la Vida es la canción que da título al disco, y hay que decir que merecidamente. Es posiblemente el single claro del disco, y una de las mejores canciones que hay aquí metidas. Piano, violín, percusiones variadas y coros bien usados que no decepcionan y seguramente sean la toma de contacto para mucha gente con este LP. Violet Hill es la canción que ya habíamos escuchado en descarga gratuita durante un par de semanas desde la web de Coldplay. Fue el adelanto que nos quisieron regalar y se aproxima al sonido del anterior X&Y que vendió millones de copias. Es un tema enorme con una guitarra de nuevo muy bien utilizada a ratos y con el piano y melancolía del final de la que tienen el copyright.

Algo diferente encontramos en Strawberry Swing, con percusión constante y guitarra de fondo acompañando a la perfección. Se trata de una de las mejores canciones del disco, aunque creo que he repetido esto ya unas cuantas veces. Para cerrar el LP nos encontramos con Death and all his friends. La canción empieza de la manera más típica, con Chris Martin y un piano; aunque muy correcta parece poca sorpresa realmente, pero es a partir del minuto 2:00 cuando se da paso a una composición mágica que es la mejor manera para cerrar un concierto, un disco o lo que sea. Es el momento perfecto del concierto, con la despedida cerca y sonando esta maravilla embriagadora. Pues bien, no termina aquí, sino que alrededor del minuto 3:35 empieza la tercera parte de la canción con la que dan la réplica a la apertura del disco en Life in Technicolor, un epílogo que nos despide hasta dentro de dos años, y que nos deja con la sensación de haber hecho un viaje maravilloso, muy difícil de repetir. Yo ya tengo las entradas para el 7 de Septiembre, y creo que no deberiáis dejarlo pasar; en directo son de lo mejor que se puede ver en un escenario, pese a la masificación que les acompaña ultimamente.

En definitiva estamos ante un discazo enorme, al que me niego a poner la etiqueta de "mejor o peor" en comparación con los anteriores. Lo que si es cierto es que Coldplay ha evolucionado mucho su sonido desde Parachutes, y ha dejado atrás las composiciones de Piano + Chris Martin. Seguramente sea éste su disco más orquestal, con mayor utilización de instrumentos y a ratos un poco más Rock, pero sin llegar a serlo. Es un disco básico, épico y sin duda de lo mejor de este año.

1 comments:

Gon dijo...

Una pasada y me parece tremendo.