miércoles, 1 de abril de 2009

El Gilipollas de la semana

Vuelve nuestra querida sección de personajes, que de estúpidos, llegan a ser entrañables para nosotros.

Esta vez le toca a un tipo de Tennessee, y la historia se resume con el siguiente titular:


Un asesino confiesa en su lecho de muerte un crimen y finalmente se
recupera



Estaba convencido de que se encontraba en sus últimos
momentos de vida. James Brewer acababa de sufrir un derrame cerebral y se
encontraba al borde de la muerte cuando confesó haber cometido un crimen hace 32
años, según publica The Independent.

Brewer, de 58 años, se declaró
responsable del asesinato en 1977 de su vecino, Jimmy Carroll, un joven que por
aquel entonces contaba con 20 años, en el estado de Tennessee (EE UU).

Al parecer, Carroll había intentado seducir a la mujer de Brewer. Éste,
tras la muerte de su vecino, se trasladó con su esposa al estado de Oklahoma,
según declaró el presunto asesino en el que pensaba que iba a ser su lecho de
muerte.

Tras sufrir un derrame cerebral Brewer llamó a la Policía para
confesar su crimen y aliviar su conciencia antes de morir. Con lo que no contaba
el asesino confeso era con recuperarse. Ahora se enfrenta a la pena de muerte
por un asesinato no resuelto en el estado de Tennessee hace 32 años.



La noticia es de 20 minutos, como no podía ser de otra manera.